Fotografía de @ferufab
Esta semana la periodista Alicia Ibarra se hacía eco en gonzoonews de un artículo de la escritora Kate Bevan en “The Guardian”. En el mencionado artículo, la británica especialista en tecnología y redes sociales, ponía en cuestión la aplicación Instagram y cómo ésta degrada la “auténtica fotografía”, así como el uso de los filtros de la app que homogeneiza todas las imágenes acabando así con la creatividad.
Fotografía de @sirenhada
Pero ¿realmente Instagram está enfrentado a la fotografía profesional?
Fotografia de @alfonso.vargas.p
Esta aplicación es utilizada diariamente por 200 millones de usuarios en el mundo, muchos de ellos fotógrafos profesionales que utilizan la aplicación para difundir sus trabajos con más inmediatez de la que puedan llegar a ofrecer sus páginas web o sus cuentas en Pinterest o Flickr. Para ellos no está reñido el “retocar” la luz o el color a golpe de clic con la creatividad. Evidentemente la creatividad y el estudio que han realizado los fotógrafos o amateurs de este arte no tiene porque ponerse en cuestión por que la plataforma en la que se expone sea utilizada por personas cuyo objetivo en esta red social sea narcisista o simplemente divulgativo de la vida social que están llevando.
Fotografía de @alfalcont
Instagram es la red social de las emociones, los gatos y las nubes, pero también es el progreso, el avance tecnológico y otra forma de democratización cultural ya que abre la posibilidad de acceder a las obras de grandes profesionales de la imagen, desde retratos a paisajes naturales, desde lo antropológico a detalles mínimos, desde lo natural a lo arquitectónico.
Fotografía de @agucg
Alicia Ibarra realiza una retrospectiva del debate en controversia generado desde los orígenes de la fotografía en color en 1861, cuando el científico escocés James Clerk Maxwell puso en jaque a los fotógrafos que veían amenazada la fotografía en blanco y negro, la fotografía que era “la auténtica”. Este debate continúa vigente pero adaptado a los tiempos que vivimos. ¿Desaparecerá?, ¿eclipsará?,...
Fotografía de @juanmatroyano
En la actualidad muchos fotógrafos están volviendo a la fotografía analógica, tanto en grandes formatos (6x6, 6x7, 4x4,...) cómo en 35mm ya que según ellos, la calidad y texturas que ofrecen estos soportes aún no se ha logrado en el mundo digital. No obstante no dejan de tener perfiles en esta y otras redes sociales donde la fotografía es la protagonista o el nexo común en los intereses de los que allí se acercan. El caso de Andrés Torreadrado (@memoriadepez en Instagram), es de esos primeros que están regresando al analógico y que utiliza Instagram como divertimento, no considerándolo profesional y por el cual no debe juzgarse el trabajo de un profesional de la imagen fija.
Fotografía de @memoriadepez
Tampoco son desdeñables los perfiles de muchos aficionados o aficionadas que con mucho arte e interés reflejan retazos de vida, en ocasiones con reflexiones, en otras acompañados de poesía, pero siempre con la imagen como percha sobre la que expresar en un momento determinado, en ese momento que cuelgan la fotografía, lo que están viviendo o simplemente viendo.
Fotografía de @pepeflorido
No quiero llevar a confusión y es evidente que cualquier “instagramer”, por muy creativo que sea, no sería capaz de sacar un trabajo fotográfico profesional hacia delante, zapatero a tus zapatos, pero no es cuestión de demonizar una aplicación tecnológica por el uso que se le está dando por particulares. Como Alicia Ibarra comenta en su artículo que en “el siglo XX se pensó que los fotógrafos podrían quedarse sin profesión debido a la comercialización de las cámaras fotográficas”, este debate se volvió a repetir a comienzos del siglo XXI con respecto a las cámaras digitales y ahora parece clonarse en el discurso de detractores de la aplicación.
De todas formas la libertad de usarlo o no está en cada uno de nosotros aunque sí he de decir que es una red social que genera adicción por lo estimulante que resulta ver el trabajo de personas de diferentes partes del mundo unidas a través de una pasión común, la fotografía.
Fotografía de @mickeyriosbracero